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LOS EXTRANJEROS Y EL SERVICIO DE CUIDADO (KAIGO)

【外国人と介護 急がれる受け皿づくり】

30 años han pasado desde la revisión de la Ley de inmigración y refugiados (1990). El envejecimiento de los extranjeros que emigraron a Japón en ese momento sigue avanzando, por lo que surgen nuevos desafíos. Es un problema que está relacionado a los cuidados (KAIGO) de las personas de la tercera edad.

Con la abolición de la Ley de registro de residentes extranjeros en el 2012, también se modificó la ley de registro básico de los residentes. Los extranjeros de 40 años o más que permanezcan legalmente en Japón durante más de 3 meses pueden recibir los servicios del sistema de seguro de asistencia a largo plazo de la misma manera que un japonés. Sin embargo, incluso si el sistema está en orden, todavía existen muchos desafíos para que las personas mayores extranjeras residan en Japón.

Una de las principales dificultades es el idioma. Cuando un extranjero de la tercera edad quiere mudarse a una instalación para personas mayores, es complicado encontrar un centro en donde se manejen varios idiomas. La realidad es que actualmente casi no existen. Muchos de los ancianos extranjeros que residen en el país son personas que han venido en su adultez y a partir de ahí han aprendido el idioma, por lo cual no lo hablan con mucha fluidez. Además, si el adulto mayor desarrolla demencia, a pesar de hablar el segundo idioma con fluidez puede que olvide la mayor parte. En una situación en la que el adulto mayor no puede vivir sin los cuidados de alguien, además de no hablar el idioma, podría llegar a sentirse ansioso y asustado.  Es por ello que en la mayoría de los casos las personas optan por regresar a su país de origen y recibir los cuidados necesarios.

Otro de los problemas es la diferencia de cultura y costumbres. Este es un tema inevitable para las instalaciones que acojan a los extranjeros de la tercera edad.  “Cuidar de su vida” significa que deben de tener en cuenta la visión sobre la religión y la cultura alimentaria de la persona que tienen bajo su cuidado. Por ejemplo, asegurar las horas y maneras para que la persona realice sus rezos, eliminar por completo aquellos ingredientes que estén prohibidas en su religión o cultura. Viéndolo desde dicho punto de vista, nos podemos dar cuenta que hay muchos detalles que se deben cuidar para que se sientan cómodos.

La sensación de distancia también varía de acuerdo al país de origen. En el Perú, mi país de origen, las familias son muy unidas. Pienso que, si un adulto mayor peruano ingresara a un centro de cuidados, la cantidad de familiares que lo vaya a visitar sería mayor en comparación al de un japonés.

A partir de 1990, los extranjeros que emigraron para trabajar en la época del boom laboral están ahora entrando a la edad de jubilados. Y ahora, la cantidad de extranjeros residiendo en Japón se ha triplicado. En un futuro no muy lejano, el cuidado de los ancianos extranjeros se convertirá en un problema social.

Los puntos anteriores son solo algunos de los problemas. Opino que todos son complicados y no se resolverán de un día al otro. Sin embargo, lo importante es identificar dichos problemas y encontrar la forma de resolverlos, lo cual hará que también los extranjeros puedan vivir con tranquilidad en la sociedad.

AIZAWA MASAO
GERENTE GENERAL
AIZAWA CORPORATION

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